viernes, 20 de octubre de 2006

TRANSMI... LLENÓ DE HUECOS LAS VÍAS DE LOS BARRIOS.



Sí los buses rojos dan la sensación de una lata de sardinas, los alimentadores no se quedan atrás, ya que las sardinas en aceite de oliva vienen en empaque verde, como los alimentadores de Transmilenio.

Las complicaciones que ha presentado Transmilenio no son exclusivas de los buses articulados, “Los buses alimentadores también son un dolor de cabeza para los usuarios y habitantes de los barrios del sector”, afirma Rafael Dueñas, comerciante de la localidad de Kennedy.

Los problemas son recurrentes, pocos buses en las horas pico, buses llenos de pasajeros apunto de explotar y a esto se le suma la destrucción de las vías de los barrios (malla vial local, convertida en malla vial intermedia), por donde circulan los buses alimentadores.

Don Rafael, uno de los afectados por la destrucción de las vías, ha visto como día tras día y durante más de dos años; tiempo que lleva funcionando la ruta alimentadora, su negocio se ha ido desvalorizando, junto con las casas de los vecinos del barrio Castilla, por donde circula el alimentador de ruta 8-3.

“La calle 7A Bis, que conduce al Barrio Condado de Castilla y por donde a diario baja el alimentador esta completamente destruida y llena de huecos, algunos vecinos recurrimos a los recicladores para que esparzan desechos, por que el distrito solo aparece para cobrar los impuestos”, asegura el señor Dueñas.

La responsabilidad de la malla vial intermedia recae sobre el Instituto de Desarrollo Urbano - IDU, quienes establecieron un convenio administrativo con Transmilenio S.A., para priorizar la ejecución de obras en las vías por las que circulan las rutas alimentadoras, que no se encuentran en buen estado.

El distrito esta ejecutando durante el año 2006, 15 contratos de obra en localidades como Usaquén, Suba, Kennedy, Tunjuelito, Rafael Uribe y Usme, para brindar accesibilidad al sistema Transmilenio y acercar a los usuarios a su lugar de destino u origen.

Doña María Verenice Díaz, una de las tantas usuarias y vecina del sector Tintal, al occidente de la ciudad, asevera que “hace un par de años en el barrio no había un solo hueco, por que era una urbanización nueva, pero desde que llegó Transmilenio, esto parece una coladera; esta toda llena de huecos”.

La señora Díaz afirma que el IDU los visita por ahí una vez al año, el problema, dice ella, “Es que vienen y abren huecos para tapar las grietas en el asfalto y no ven los huecos en las calles, parecen que fueran ciegos y que trabajaran por recomendación y no por las necesidades del sector”.

Aunque la malla vial intermedia no es de uso exclusivo de Transmilenio, se puede corroborar como este sistema de transporte masivo afecta las calles de los barrios, basta con solo observar el estado de los paraderos de los buses alimentadores.

En un recorrido realizado por los paraderos de las rutas 8-3, 8-4 y 8-5, se evidenció la destrucción de las vías, encontrando que más de seis de ellos presentan los mismos huecos, donde perfectamente casan los tres ejes de los buses.



En los paraderos, los conductores de los alimentadores tienen que realizar maniobras para esquivar o atravesar los huecos y orillarse a recoger y dejar pasajeros, muchas veces delante de los paraderos, donde también comienzan aparecer daños en el pavimento.



La señora Díaz es una de las usuarias que coinciden con el señor Dueñas, “En las horas pico es imposible tomar el alimentador y si uno logra subirse, aguántese la pisoteada, la estripada y hasta la manoseada, por que si no cupo le toca esperar más de 15 minutos para que pase otro alimentador lleno”.

Aunque las quejas y reclamos que recibe Transmilenio por exceso de pasajeros son constantes, actualmente la empresa ha implementado un sistema para identificar las horas pico y enviar alimentadores más seguidos a los barrios, los cuales muchas veces se demoran por los trancones en la vías.

Uno de los problemas que ha identificado la empresa es el abuso de confianza que realizan algunos ciudadanos, los cuales se suben a la ruta en un paradero y se bajan en otro, utilizando el servicio de manera gratuita y en detrimento de los que se dirigen hasta un portal o estación.

Otro de los problemas que se esta presentando en la Estación de Banderas, es la utilización del servicio del bus alimentador por personas que no han comprado el tiquete y entran a la estación caminando por entre los buses hasta llegar a las puertas donde se abordan los alimentadores.

Ante esta situación, la empresa decidió poner funcionarios en las horas pico, en las puertas de la estación donde se accede al alimentador, para evitar y detener la arbitrariedad que realizan algunas personas del sector.


EL CRÁTER DE LAS AMÉRICAS.

Uno de los huecos para admirar de Bogotá.



No es necesario montarse en un alimentador para ver la magnitud del daño de la malla vial intermedia, basta con dar un vistazo desde el costado sur del portal de Banderas, donde a menos de 50 metros y frente a la estación hay un hueco del tamaño de un cráter que cualquier volcán envidiaría.

El cráter se encuentra ubicado sobre la calle que conduce a la avenida las Américas, en toda la esquina donde a diario giran a la derecha los alimentadores que se dirigen hacia Kennedy Central y Kennedy Hospital, rutas 8-1 y 8-2 respectivamente.

Las proporciones son de admirar, cubre toda la calle, la cual esta compuesta por cuatro carriles, dos hacia la avenida de las Américas y dos hacia Kennedy. El cráter lleva más de dos años de creación y a su desarrollo han colaborado todos los vehículos que transitan por el sector, inclusive los que no transitan, como los del IDU.

Si el hueco mantiene su ritmo de crecimiento y mucho más ahora, cuando empieza la temporada invernal, muy pronto se podrá hablar de los damnificados del cráter de las Américas, vecinos que ven como con el tiempo el hueco ocupó toda la calle y amenaza con ocupar el anden y las casas vecinas.



Es tal la destrucción de la vía, que los alimentadores tienen que atravesar completamente los cuatro carriles; dos de ellos en contravía, para lograr pasar por el lado en el que el cráter es menos hondo.



El daño de esta calle no está solamente en la esquina, poco a poco, el cráter esta abriendo sucursales sobre las cuadras contiguas las cuales se están convirtiendo en un atractivo turístico para que los capitalinos, eso sí pasen a pie, y admiren el hueco más grande la ciudad, sobre toda una avenida principal y prácticamente nueva.

Aunque este hueco de enormes proporciones no queda en un paradero de los alimentadores, es innegable el hecho que los buses alimentadores han puesto su granito de arena, o mejor su huequito en la calle para agrandar el problema que presenta actualmente la malla vial de la ciudad de Bogotá.

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